Los hábitos están plenamente relacionados con nuestra efectividad. La magnitud de los retos con que lidiamos diariamente en el plano profesional y también en el personal nos exige dar lo máximo de nosotros mismos. Es al final del día cuando nos preguntamos cuán productivos o efectivos hemos sido y muchas veces no nos gusta la respuesta que se nos pasa por la cabeza.
Generalmente, vamos corriendo de un lado para otro, sin parar, dejando temas a medias y con la sensación de ir apagando fuegos todo el día. Para que nos preguntemos por la noche, ¿Qué sentido tiene todo esto?.
Y te felicito si te lo preguntas aunque no te guste la respuesta, ya que al menos indica que eres consciente de la situación en la que vives. De otra forma, entrarías en el bucle de la inercia que nos lleva a actuar en piloto automático y sin sentido. Sigue leyendo, si quieres darle la vuelta a esta situación.
Ser productivo no tiene nada que ver con nuestro nivel de actividad diaria, ya que a menudo estamos ocupados y en cambio no somos eficaces. Coloquialmente hay una expresión que lo ejemplifica muy bien: «Marear la perdiz», ¿te suena?
La productividad no va tan ligada a estar activos, ni a hacer o dejar de hacer una acción aislada, sino que se trata de desarrollar hábitos para alcanzar nuestros objetivos.
Está comprobado que:
Al final de una jornada laboral considerada como productiva, las personas aumentamos nuestra sensación de bienestar.
y al revés,
Cuando nos sentimos poco productivos generalmente nos acompañan sentimientos negativos y de frustración.
Por tanto la productividad, la efectividad personal y el bienestar son aspectos muy relacionados entre ellos.
Antes de seguir, me gustaría distinguir estos conceptos:
La persona EFICAZ es quien consigue sus objetivos.
La persona EFICIENTE es quien consigue sus objetivos con el menor número de recursos.
Y es realmente EFECTIVO quien consigue sus objetivos con el menor número de recursos a la vez que tiene la capacidad para continuar consiguiéndolos en un futuro. Es decir, que tiene desarrollados unos hábitos y estrategias que le llevarán a poder replicar sus éxitos.
El prestigioso Stephen Covey, fue el pionero en definir el conjunto de hábitos que consideraba que toda persona efectiva tendría que desarrollar y los cuales los plasmó en su reconocida obra «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva», los cuales son:
- Sea proactivo: Debemos tomar la responsabilidad de nuestra propia vida, entendiéndose que la vida es producto de nuestras decisiones y acciones y no tanto de los condicionamientos externos. Se basa en la libertad de decisión y elección que todos poseemos, aunque a veces nos cueste reconocerla. De aquí surge la teoría del círculo de influencia y pro-actividad vs. el círculo reactivo y de preocupación. Si te interesa profundizar, en este otro artículo encontrarás más información.
- Comience con un fin en mente: Junto con lo anterior, es el hábito del liderazgo personal. Asegura que cuando tenemos claro qué queremos (tenemos una visión, misión y propósito), nuestra vida cobra sentido. Y este fin funciona como una brújula interna.
- Ponga primero lo primero: Consiste en liderar y gestionar el tiempo para conseguir nuestros objetivos. Hoy en día necesitamos el conocimiento y la disciplina necesaria para priorizar y organizar lo realmente importante y dejar de llevarnos por lo urgente o prioridades de otros.
- Piense en ganar- ganar: Este es el hábito del beneficio mutuo, que consiste en crear escenarios de negociación y acuerdos en los que todas las partes involucradas salgan ganadoras.
- Busca primero entender y después ser entendido: Este hábito hace referencia a la comunicación efectiva, que consiste en escuchar con empatía con la intención de comprender a nuestro interlocutor, sin juzgar. En definitiva es dejar de pasar por el filtro de lo que está bien o mal la información que nos llega de nuestro interlocutor.
- Busque sinergias: Es el hábito del trabajo en equipo, donde el todo es superior a la suma de sus partes.
- Mejora contínua: Es asumir la responsabilidad de nuestra salud física, emocional y emocional.
Hay un 8º hábito que hace referencia a la grandeza, y que tiene que ver con que cada persona encuentre «su propia voz». Es una apuesta al desarrollo del potencial de toda persona con el fin de que contribuir a los demás con su propio talento y fortalezas.
Desarrollar cada uno de estos hábitos nos aportará niveles de efectividad y excelencia con un impacto positivo en nuestro bienestar.
Y ahora te pregunto, cuál es el hábito sobre el que te gustaría enfocarte durante la próxima semana. Te recomiendo que escojas acciones alineadas a éste y que te centres en ello diariamente. Es todo un reto, con grandes beneficios si lo sigues.
Me gustaría que compartieras cuál será y los beneficios que esperas encontrar con ello.
Te deseo una feliz semana