La definición de Proactivo
Stephen Covey apuntó la Proactividad como el primer hábito de las personas altamente efectivas.
Yo entiendo la proactividad como una actitud ante la vida, a responsabilizarnos plenamente de ella y de todo lo que nos pasa (con todas sus consecuencias). En definitiva es cojer el timón de nuestro propio barco.
¿Conoces la diferencia entre Reactivo y Proactivo?
Lo contrario de la proactividad es la reactividad y en este artículo me gustaría centrarme en qué se diferencian las personas proactivas de las reactivas y qué actitud les diferencia.
De hecho, no estamos hablando de tipología de personas (cómo somos o dejamos de ser las personas) sino cómo respondemos a lo que nos pasa (en qué nos enfocamos y actuamos). Con esto quiero decir que una persona proactiva en un momento dado, puede actuar de forma reactiva (si se deja llevar) y al revés, una persona reactiva puede entrenarse para actuar de forma pro-activa. Eso si, esto último con mucho empeño.
¿Cómo son las Personas Proactivas?
1) Eligen libremente sus respuestas
Saben que su conducta es consecuencia de su propia elección consciente, por lo que deciden cómo quieren sentirse y comportarse. Nadie puede herirlas sin su consentimiento.
En cambio las personas reactivas sienten que no tienen la libertad de elegir sus propias reacciones, sino que se ven afectadas por cualquier tipo de estímulo externo, ya sea físico, social o psicológico. Cambiar de humor o estado de ánimo en función del clima, del trato recibido de otras personas o de cualquier otra circunstancia que se cruza en su camino, o simplemente en su imaginación, es habitual en los individuos reactivos.
2) Son co-creadoras de su realidad.
Asumen plena responsabilidad de aquello que forma parte de su área de influencia. No esperan que circunstancias ajenas mejoren su situación. Ellas hacen que las cosas ocurran. En este otro artículo puedes profundizar sobre el área de influencia y preocupación.
En cambio, las personas que actúan de modo reactivo, suelen “pelearse con la realidad”, en el sentido de que están continuamente comparando cómo son las cosas y cómo tendrían que ser. Y justamente esta diferencia es lo que les lleva a emitir juicios, quejarse, y actuar como víctimas. Esta actitud es mucho más común de lo que nos imaginamos y provoca mucho sufrimiento.
3) Tienen iniciativa y son sensibles a las necesidades de los demás.
Suelen aportar soluciones congruentes, se centran en las soluciones, en lugar de profundizar en los problemas.
Y, como puedes suponer, las personas reactivas se centran en las quejas, en los problemas y obstáculos, en lo que hacen o dejan de hacer los demás, etc.
4) Utilizan un lenguaje en el que asumen la responsabilidad y el control de la situación.
Emplean frases del tipo: “Analicemos las alternativas”, “puedo cambiar si me lo propongo”, “elijo…”, “prefiero…”
El lenguaje utilizado por las personas reactivas las absuelve de cualquier responsabilidad: “Yo soy así…”, “No puedo…”, “No tengo tiempo…”, “Si…” “Tengo que…”, “lo intentaré…” Este tipo de lenguaje transmite el mensaje de que no soy responsable y no puedo elegir mi respuesta.
5) Se centran en lo que son responsables a fin de dar y obtener lo mejor de sí mismos.
En cambio, las personas reactivas se centran en el área de preocupación, sin poder conseguir nada por ellos mismos.
En definitiva, ser una persona proactiva es plantearse compromisos y mantenerlos, es actuar como luz y no como juez, es ser parte de la solución y no del problema, es asumir la responsabilidad.
Aunque lo difícil es mantenerse siempre en el estadio de proactividad. Las personas debido al condicionamiento que recibimos desde pequeños tenemos tendencia a hacer juicios, quejarnos… por lo que lo importante aquí es que cada uno de nosotros podamos tomar consciencia sobre cómo solemos responder a lo que nos ocurre en la vida. Detectar cómo nos hace sentir eso y saber que podemos actuar de manera distinta si realmente nos lo proponemos y comprometemos en ello.
Hay una frase que me gusta mucho que dice, el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Este es el detonante a buscar nuevas maneras y recursos para afrontar la realidad.