Cumplir objetivos. Este fue el detonante de organizar un Firewalk con Xesco Espar, con el fin de inspirar a que las personas se enfoquen en sus objetivos. Fue todo un éxito, un evento muy bonito, en el que las 50 personas que nos reunimos caminamos sobre un lecho de brasas ardientes sin quemarnos.
Este ejercicio no deja de ser una metáfora de la vida, ya que en el punto de partida te encuentras tú, las brasas representan los obstáculos y dificultades por las que tienes que transitar para conseguir tus objetivos. Y al final de las brasas se encuentran tus objetivos más anhelados.
Todos fuimos entrenados para pisar con la actitud adecuada para lograr los objetivos que nos habíamos propuesto: con firmeza, decisión, seguridad y valentía. Vaya, cómo todas las cosas de la vida que merecen la pena, ¿no te parece?
Un año después estoy segura que habrá personas que habrán logrado sus objetivos y en cambio otras, que no. Afortunadamente, pertenezco al primer grupo, ya que durante todo este año he tenido en mente los objetivos que perseguía, y esto ha sido crucial para conseguirlos. Entonces,
¿Qué diferencia a las personas que suelen conseguir lo que se proponen de las otras que no?
1. Tener claro qué quieres conseguir, con todo lujo de detalles.
En mi caso, el primer objetivo fue participar en un evento de Tony Robins que realizaba en Londres, quien es considerado el coach nº 1 mundial. Y, como segundo objetivo, viajar a Eurodisney con mi familia. Suele ocurrir que una vez conseguidos los objetivos (como se suele decirse “a toro pasado”) parecen muy fáciles aunque ya te digo yo que cuando los escribía me parecían intrépidos por los cambios que representaban hacer en mi día a día.
2. Enfocarte en ellos y tenerlos en mente.
Este punto deriva del anterior, ya que cuando tienes claro qué quieres, puedes saber qué acciones te acercan o te alejan de lo que quieres.
3. Tomar un fuerte compromiso contigo mismo.
Este compromiso es lo que va a hacerte moverte en la dirección que quieres. Para ello sólo hace falta tomar una decisión: Priorizar lo que quieres por delante de cualquier otra cosa.
“El compromiso es lo que lleva a la acción a las personas y por consiguiente a conseguir resultados».
Recuerdo que en mi caso, cuando me inscribí al evento de Tony Robbins me temblaban las piernas ya que en ese momento no sabía cómo iba a pagar todos los gastos que derivaban de esa decisión. Créeme que en ese momento, se me pasaban por la cabeza ideas como: “uf, con la inversión que representa, mejor me espero y voy al año siguiente” o, “en mi casa van a pensar que es un capricho, ¿cómo voy a irme 5 días a Londres a un evento?, ¿cómo voy a organizar todo para poder estar fuera este tiempo? ¿qué va a pasar durante mi ausencia en el proyecto X?…. y muchos más pensamientos de este tipo. ¿Te resulta familiar a ti esto?
4. Actuar, dar el paso aunque no tengas todos los detalles atados.
Suele ser habitual pensar que si no tenemos todo bajo control no debamos dar el paso. Si bien, esto puede llevarnos a eternizar cualquier situación. Un ejemplo de compromiso es avanzar hacia lo que quieres asumiendo riesgos. Y no, esto no es una irresponsabilidad, esto es una forma de demostrar a la vida tu compromiso con algo, de forma que tú mismo irás creando las circunstancias favorables para que ocurra lo que te propones.
Como ya te he dicho, me inscribí sin disponer en ese momento del dinero para ese viaje. Aunque en el fondo tenía la convicción que de una forma u otra lo materializaría. Y así es cómo me respondí a la pregunta ¿Qué voy a hacer para que esto ocurra? Y me enfoqué en potenciar el área de formación que hasta ese momento no la tenía tan activa, amplié el número de clientes…, y en definitiva me planifiqué y cambié el enfoque del momento, ya que sabía a qué destinaría todo céntimo que empezara a generar con estos cambios.
5. Gestionar tus pensamientos y emociones.
Mientras transitas hacia lo que quieres estás lidiando con la incertidumbre de no saber cómo van a salir las cosas y en estos casos es importante gestionar tus pensamientos y emociones. Puedes tener días que pienses “uf, esto no va a salir” “he sido demasiado optimista”, “la cosa no pinta nada bien…” y esto, es justo lo contrario de lo que necesitas pensar. Por eso es conveniente detectar cómo te encuentras internamente y cambiar el enfoque si ves que tu manera de pensar del momento no te conviene. Para ello, yo suelo utilizar Psych-k® o el Método Integra®, por lo rápido que resulta liberar emociones y cambiar creencias limitantes en potenciadoras.
6. No tirar la toalla bajo ningún concepto.
Ante la incertidumbre aparecen tentaciones de abandonar. Esto precisamente, es lo que hace que las personas no consigan lo que quieren, ya que ante los primeros obstáculos o dificultades solemos ser poco perseverantes. Esta actitud te aísla totalmente de conseguir lo que quieres. Está comprobado que las personas que tienen éxito perseveran y superan dificultades hasta conseguir lo que quieren.
7. No apegarte al resultado.
Reconozco que esta es la parte que más me cuesta. Se trata de dar lo mejor de ti sin aferrarte al resultado final. Se trata de poder ser muy proactivo en la parte que te corresponde de acción, dar lo máximo de ti y por otra, soltar la responsabilidad del resultado final (que no siempre depende de uno mismo).
8. Disfrutar del camino y del objetivo cumplido.
No hay nada más gratificante que estar con una actitud de disfrutar y ser agradecido con cualquier circunstancia que se dé mientras te diriges a tu objetivo. Y verlo materializado ya es ¡lo máximo!.
9. ¡Celebrar!
Algo que comúnmente se nos escapa, por pensar que es lo que “tocaba” y en cambio si lo hacemos nos aporta grandes beneficios, ya que entonces somos capaces de reconocer nuestros propios logros.
Y ahora es tu turno, me gustaría que compartieras en los comentarios si sigues algún otro paso que te lleve a materializar tus objetivos. Me gustará conocerlo y que compartas este artículo para poder llegar a más gente que pueda interesarle. ¡Muchas gracias!