“Ninguna persona es perfecta, pero un equipo de trabajo si puede serlo” Benedith Belbin.
Tras esta teoría, el creador de la metodología Roles de Equipo Belbin, defiende que el éxito o fracaso de los equipos de trabajo depende de su capacidad para detectar, gestionar y coordinar las contribuciones de cada miembro de equipo. Y de hecho, esta metodología se basa en los distintos roles que cada uno de nosotros podemos desempeñar dentro de un equipo, tratándose de nuestra particular tendencia a comportarnos, contribuir y relacionarnos socialmente.
Los 9 roles son:
Cerebro: Se caracterizan por ser personas innovadoras y creativas, que generan ideas y resuelven problemas aunque pueden trabajar de manera muy poco ortodoxa. Generalmente tienden a ser introvertidos y prefieren trabajar solos, representándoles un reto comunicarse eficazmente con personas distintos a ellos, ya que suelen estar muy absortos en sus propios pensamientos. Su perfil es muy interesante ante el desarrollo de nuevas propuestas, inicio de proyectos o para desbloquear un tema que no progresa.
Investigador de Recursos: Son entusiastas, comunicativos y extrovertidos. Son hábiles detectando oportunidades y desarrollando contactos. Son bien aceptados en el grupo por su naturaleza extravertida y son buenos a la hora de desarrollar ideas de otros. Este tipo de perfil es ideal para establecer contactos externos y llevar a cabo cualquier negociación. Tienen la habilidad de tener respuestas espontáneas para cualquier cuestión. Si bien, pueden dejarse llevar por un excesivo optimismo y pueden perder el interés una vez ha desaparecido el entusiasmo inicial. Les suele costar «rematar» temas.
Monitor Evaluador: Son serios, prudentes y con un fuerte autocontrol para no entusiasmarse demasiado. Piensan las cosas detenidamente por lo que pueden ser lentos tomando decisiones. Tienen gran capacidad crítica y habilidad para emitir juicios razonados. Su perfil es indicado en puestos estrategas, en los que pueda sopesar pros y contras de las diferentes opciones y para analizar problemas y evaluar sugerencias. Pueden dar la impresión de ser sosos, aburridos e incluso extremadamente críticos, ya que juzgan con exactitud. Los Monitores Evaluadores (ME) pueden carecer de iniciativa y de habilidad para inspirar a otros.
Coordinador: Se caracterizan por su habilidad en conseguir que todos los miembros del grupo trabajen juntos para alcanzar un determinado objetivo. Son confiados y están siempre dispuestos a delegar. Son rápidos detectando el talento de otras personas y lo utilizan en beneficio del grupo. Suelen ser tolerantes y se ganan el respeto del grupo. Su lema podría ser “es importante consultar y controlar”. Como debilidad, tienden a descargarse de trabajo personal y en un caso extremo, se les puede percibir como manipuladores.
Impulsor: Son personas altamente motivadas, con energía y necesidad de conseguir logros; poseen iniciativa. Les gusta retar a los demás y se preocupan por ganar. Les gusta dirigir y empujar a otros a la acción. Es el rol de equipo más competitivo ya que por lo general pueden ser insensibles, les gusta discutir y pueden manifestar cierta falta de comprensión hacia los demás. Los impulsores son buenos directivos porque son capaces de generar actividad y prosperar bajo presión. Están preparados para el cambio y no les importa tomar decisiones poco populares. Pueden tratar de imponer una determinada forma de actuar en las discusiones del equipo y en las actividades.
Cohesionador: Son los miembros que más apoyan al grupo en sí. Son dulces, sociables y se preocupan por los demás. Son flexibles y se adaptan fácilmente a diferentes situaciones y personas. Saben escuchar, son diplomáticos y populares en el grupo, si bien pueden ser indecisos en situaciones importantes. Suelen tener un papel lubricante en los equipos, ya que cuando están presentes el ánimo de los miembros es más alta y todos cooperan más y mejor.
Implementador: Este tipo de roles lo asumen personas prácticas, disciplinadas y con capacidad de autocontrol; capaces de llevar la teoría a la práctica. Suelen ser leales a la compañía ya que tienden a preocuparse más por la compañía a la que representan que por sus propios intereses. Los implementadores a menudo alcanzan puestos de dirección debido a su habilidad como organizadores y su capacidad para enfrentarse a distintas tareas. Por el contrario, pueden carecer de espontaneidad y mostrar signos de rigidez.
Finalizador: Son personas perseverantes, que prestan atención a los detalles y que no inician nada que no puedan acabar. Suelen ser introvertidos y no requieren que los demás les estimulen. No les gusta delegar y prefieren resolver todas las tareas ellos mismos. Pueden ser intolerantes con quienes trabajan de manera excesivamente relajada. Este tipo de rol es necesario en tareas que requieran exactitud y concentración.
Especialista: Son personas entregadas a su trabajo, que poseen altos conocimientos técnicos en una materia determinada. Se centran en su trabajo y pueden manifestar una falta de interés hacia el de los demás. Los especialistas como directivos imponen respeto ya que conocen el área en que trabajan mejor que nadie.
Y bien, ahora que ya conoces los elementos indispensables que tienen que coexistir en un equipo para su buen rendimiento, te pregunto, ¿con qué roles te has identificado? ¿Tienes ubicados al resto de los miembros con quien colaboras?
Este punto va a darte mucha información ya que, por un lado se trata de que puedas conocer tu propia contribución dentro de un equipo, ayudándote a focalizarte en tus fortalezas, poder minimizar las debilidades y realizar así un trabajo más gratificante.
En el caso que estés liderando un equipo, puede ofrecerte una visión sobre el perfil de las personas de tu equipo, siendo recomendable, adaptar su rol al desempeño de tareas en las que puedan dar lo mejor de sí mismos. De esta forma aumentarás la productividad y la motivación de los integrantes.
En el caso que estés trabajando por tu cuenta como emprendedor, es importante que en un momento u otro, puedas ir desarrollando varios de estos roles y, en la medida de lo posible, que puedas rodearte de personas que puedan complementarte.
Esta metodología te ofrece una información muy valiosa a nivel de autoconocimiento y que conviene que tengas en cuenta, para que puedas detectar y focalizarte en tus fortalezas y a la vez poder minimizar tus debilidades. En definitiva esto es lo que te va a aportar más gratificación en tu trabajo.
Si te interesa profundizar sobre este aspecto, no dudes en contactar conmigo desde aquí, para poder realizar un estudio de los roles de tu equipo.