Ser y hacer, dos verbos que pueden estar tan cerca y tan lejos a la vez. Sigue leyendo si quieres conocer una forma de gestionar el tiempo y que no «se te escurra».

Para mejorar tu relación con el tiempo, necesitas saber de dónde partes. Y para ello te propongo que observes tu propio comportamiento cotidiano.

En concreto, te invito a ser consciente de dos tipos de conducta: El modo “ser” y el modo “hacer”.

En el modo “hacer” empleas principalmente tu hemisferio izquierdo. Por lo que haces uso del tiempo de una forma muy consciente. Utilizas el tiempo como una herramienta que te permite panificar, estimar plazos, analizar , extraer conclusiones, ordenar sucesos, etc.

Cuando te encuentras en el modo “ser”, las cosas suelen ser muy distintas. Te alejas del hemisferio izquierdo y te acercas al hemisferio derecho. Y es allí cuando conectas con el verdadero tiempo. Vives cada instante. Allí, el tiempo se detiene y te sientes unido al universo. Y es entonces cuando tu ser  se encuentra inmerso en el momento presente. No hay preocupación ni por lo que ha pasado antes, ni por lo que pasará después. Sólo existe este preciso y precioso momento.

Eso a mi me pasa mucho cuando me encuentro delante del mar; ¿tienes tú identificada alguna situación en la que se pare el tiempo? .

Cuando entiendes el tiempo en la versión irreal, te encuentras en el “modo hacer”. Cuando entiendes el verdadero tiempo – el instante- pasas al “modo ser”.

El modo hacer se relaciona con el éxito y la productividad cuando se emplea correctamente, y cuando no es así aparecen problemas de salud como la ansiedad o el estrés.

El modo ser se emplea menos que el hacer, y tiene que ver con la felicidad, con sentir plenitud. En modo “ser” no eres productivo, lo que te hace pensar que es la antítesis de la productividad y el éxito. Sin embargo, no es del todo cierto, pues el “modo ser” te entrena para ir siendo cada vez más sensación de plenitud y productividad , pero no de forma instantánea.

Te invito a observar cuánto tiempo pasas en cada estado durante el día. Y te preguntarás ¿Cómo hacerlo? Pues bien, una forma de hacerlo es al final del día recapitular lo que ha pasado. Quizás te des cuenta de que has estado todo el día en modo hacer.

No se trata de condenar al modo hacer, ya que es muy útil para planificar tareas, tomar decisiones, etc. Sin embargo, suele ocurrir que cuando una tarea ya nos resulta conocida, es cuando activamos nuestro piloto automático, dejando de prestar atención al momento presente ya que nuestra mente nos lleva a recordar algo del pasado o a pensar en lo que haremos después. Ten en cuenta que el pasado y el futuro nos roban el momento presente.

Por ponerte un ejemplo, vivo en una zona de costa donde el tren la bordea, y el paisaje que se ve desde el tren es precioso. Yo que no voy mucho en tren, cuando lo hago realmente disfruto de mirar el mar, el sol… Y me fijo que para la mayoría de los viajeros se ha convertido en una rutina, por lo que ni se dan cuenta que bordeamos el mar, sino que están enganchados a su smartphone, algo que yo también experimento cuando me encuentro en un período de inercia.

Te aseguro que cuando empieces a incorporar en tu día a día momentos de “modo ser” lo vas a vivir como algo extraordinario y maravilloso. Ya que estos momentos «ser” puedes incluso recordarlos con el paso de los años.

Me gustaría que pudieras ser consciente de cuándo te alejas del momento presente, para ocuparlo de pasado o futuro. Y tan pronto lo tengas identificado vuelvas al instante presente. Esto te permitirá desarrollar la capacidad de detectar la activación del piloto automático, y te aportará otros beneficios como estar despierto y alerta para poder realizar cualquier otro cambio que te interese.

¿Dispuesto para el reto de reconocer momentos hacer y ser? Me alegrará conocer los beneficios que ello te aporta.

Este artículo está basado en un fragmento del libro El tiempo en tus manos de Félix Torán. La mejor guía de gestión del tiempo para tener una vida plena.