Los retos pueden ser muy estimulantes o muy poco motivadores, si los vemos como algo lejano o incluso imposible. Como sabes, soy una defensora de marcarnos objetivos y escribirlos. Ahora bien, te ha pasado alguna vez que te marcas objetivos que representan un gran reto para ti y por tanto ¿no te los acabas de creer? Son tan grandes que no sabes ni cómo empezar para hacerlos realidad. Y eso hace que parezca algo difícil de alcanzar.
Pues bien, este hecho es el que muchas veces nos lleva a desanimarnos e incluso a tirar la toalla, porque que los vemos muy lejos.
Hoy voy a darte un recurso simple y poderoso, que a mí me permitió cambiar de perspectiva. Es especialmente útil para aquellos que, metafóricamente hablando, están al pie de la montaña y sólo mirarla la ven muy alta y pueden empezar a soplar por todo el trayecto que les queda por recorrer.
La perseverancia, el enfoque y desarrollar nuevos hábitos es lo que nos llevará hacia lo que queremos conseguir. A SER la persona en quien tenemos que convertirnos para lograrlos.
Tenemos que merecer nuestros objetivos
Tienes que convertirte en el tipo de persona que ya puede gozar de aquello que tú estás anhelando. Y para ello, pregúntate, ¿qué tipo de persona necesito ser para conseguir aquello que quiero lograr? ¿Cómo es la persona que ya está disfrutando de lo que yo quiero? Estas respuestas te darán valiosa información sobre aspectos que necesitas reforzar, cuidar o desarrollar.
Volviendo a la metáfora de la montaña, qué pasa cuando estás ahí abajo y te das cuenta de lo que necesitas ser para poder llegar arriba en buenas condiciones físicas. Hay personas que lo viven con entusiasmo, con ganas de empezar el recorrido. Hay otras, que pueden sentirse abrumadas.
Si nos focalizamos totalmente en los objetivos, podemos estar demasiado enfocados en el futuro, en el día que consigamos la cima y por tanto, podemos perdernos detalles y otras oportunidades del camino. Las piedras, las flores, el paisaje, el aroma…
Mi recomendación para hacer el camino más llevadero y darte cuenta de tu propia evolución y disfrutar del viaje es:
Deja de decir: «A partir de ahora he de…»
Ya que esta frase denota obligación e implícitamente hay poca motivación
Y te digas la siguiente:
Sólo por hoy “Voy a dar lo mejor de mí.”
o
Sólo por hoy “voy a conseguir lo que me propongo”.
“Sólo por hoy…..» ¿Cómo acabas la frase?
De esta forma, el compromiso a corto plazo te puede estimular, manteniéndote enfocado y motivado por los pequeños logros que vas consiguiendo.
¿Qué te ha parecido? A mi me sorprendió por lo sencillo que puede resultar. Si lo practicas de forma habitual te aseguro que vas a notar cambios. ¿Qué te parece asumir el reto por un sólo día?
Me gustaría que pudieras experimentar este ejercicio y me comentaras cómo te ha ido.
No dudes en dejar un comentario o compartirlo con personas a quien creas que le puede interesar.