La procrastinación, según la Real Academia Española (RAE), es la tendencia o el resultado de demorar, retardar o retrasar algo. Consiste en aplazar el cumplimiento de una obligación o el desarrollo de una acción.
Suele estar relacionada con la inseguridad, el perfeccionismo o el miedo a no saber cómo abordar algo.
Resulta más “cómodo” poner cualquier tipo de excusas que encarar la situación, ya que representa salir de nuestra zona de confort.
Para dejar de procastinar sigue los siguientes consejos:
1) Escribe una lista de tareas que estás procastinando. Estate atento al tipo de palabras que utilizas a la hora de referirte a los distintos temas. (tengo que…, he de….) detrás de estas frases hay una gran connotación de obligación y esfuerzo. De esta forma es normal que no encuentres el momento de llevarlo a cabo.
2) Pregúntate para cada tema. ¿Cuál es el primer paso que tengo que dar para cada uno de ellos? Y empieza a elaborar un plan para poder ejecutarlo.
3) Prioriza. Es posible que ahora que te pones, quieres atenderlo todo de vez. Sé sensato y establece una prioridad
4) Programa en la agenda cuándo lo vas a realizar.
5) Empieza a dar este primer paso.
Qué, ¿ya está?…
Cómo, que todavía ¿pospones este punto? En este caso, trata de convertir esta primera parte en otros pasos más pequeños. Plantéalos de forma que sean claros, específicos y fáciles de implementar, de forma que no pueda dar pie a confusión y hayas transformado un gran concepto en varias acciones específicas y posibles de ejecutar.
Cuanto más comprometido estés contigo mismo y con la tarea a la hora de ejecutarla, mucho mejor. Trata de buscar el sentido de aquello que estás posponiendo. ¿Qué va a aportarte una vez lo hayas realizado? ¿Cómo te sentirás?. Ello hará aumentar tu motivación.
Una tendencia habitual en las personas, es que solemos centrarnos en las debilidades tanto nuestras como de los demás. Y este hábito, lo único que hace es focalizarnos en las dificultades, obstáculos y todo aquello que no te gusta. Y lo más curioso del tema es que solemos engañarnos a nosotros mismos diciéndonos que lo hacemos para mejorar y poder cambiar.
Como suele decirse:
“Aquello en lo que te enfocas se expande”
Entonces, ten en cuenta que si te centras en tus debilidades, vas a acentuarlas todavía más. Si bien, si te centras en tus fortalezas, todavía serán más visibles, por lo que, ¿Qué opción eliges?
Focalizarte en tus fortalezas, tener claridad en lo que quieres abordar, elaborar un plan de acción y ejecutarlo, te va ayudar a liberarte de la sensación de posponer temas y hará aumentar tu productividad personal.
Qué me dices ¿Estás preparado para pasar a la acción?