Aunque pueda parecerte algo muy obvio, por lo general, a las personas nos cuesta marcarnos objetivos y, aquí tienes las dos poderosas razones por las que solemos hacerlo:
- La falta de claridad sobre Qué es lo que queremos.
- El miedo al compromiso que representa el hecho de empezar a movernos hacia su consecución.
¿Cómo se te queda el cuerpo al leer tal afirmación?
Existe una tendencia generalizada a saber de forma más fácil qué es lo que no queremos, en lugar de lo que queremos.
Imagínate que estás en París, coges un taxi y cuando entras, te diriges al taxista diciéndole, «Por favor, no me lleve a la Torre Eiffel que no quiero ir allí, tampoco quiero ir al Arco de Triunfo, a la zona de la Bastilla tampoco, no pase por el centro, al museo del Luvre tampoco quiero ir, Y… tampoco». Ahora imagínate por un momento la cara que se le estaría poniendo al taxista mientras tú vas diciendo todos los lugares a los que no quieres ir… eso si tuviera la paciencia de no haberte hecho bajar del taxi todavía.
Por un momento, imagina, que eso ocurre de verdad, que te subes a un taxi y empieza a dar vueltas hasta que te decides dónde ir (en el mejor de los casos).
¿Qué pasaría? Que estaríais dando vueltas sin más.
¿Cuál sería el destino final? Qué más da eso, ya que si no tienes claro dónde vas, cualquier lugar puede ser adecuado.
Esto es una parodia de lo que puede estar sucediendo en la vida de algunas personas y también en algunas organizaciones y negocios. Personas que viven el día a día, que no tienen una visión de futuro y lo peor de todo, que no consideran que tienen el poder para cambiar su realidad.
Como suelo comentar a menudo, es importante saber hacia dónde nos dirigimos, crear nuestra Visión, para determinar hacia dónde vamos y darle sentido a la cantidad de tiempo y energía que consumimos en nuestro día a día.
Y, llegados a este punto, ¿Cómo salir de esta situación? Sigue estos pasos.
1) Crea tu Visión. Plantéate ¿Qué es lo que quiero?
2) Define tus próximos objetivos. Aquello que realmente es importante para ti y por lo que estás dispuesto a moverte.
3) Da el primer paso. Actúa aunque no sepas exactamente con qué vas a encontrarte. Vivimos en un mundo incierto en el que todo puede cambiar en un momento.
4) Pide ayuda a personas que creas que puedan hacerlo en el momento en el que te encuentras. No pienses que es un símbolo de debilidad o vulnerabilidad, sino que al contrario, una manera de desarrollar tu liderazgo personal es pedir ayuda a otras personas que tengan el conocimiento, recursos o que puedan hacer algo por ti.
Para seguir esta serie, te será de gran utilidad descargarte La Guía práctica para definir objetivos y realizar los ejercicios, que encontrarás en www.begocartagena.com
Espero que con el tiempo pueda leer tu caso de éxito.
Un saludo,
Begoña Cartagena