Existen determinadas situaciones o proyectos ante los que puedes sentirte bloqueado o paralizado y, en estos casos, es importante conocer las razones que nos llevan a posponer algo que nos resulta desagradable o nos cuesta. Los motivos pueden ser variados y diferentes y uno de ellos es la procastinación (dejar algo para un mañana, que nunca llega), ¿te resulta familiar esta sensación?
Nos referimos a este término para describir el sentimiento de ansiedad que genera una tarea pendiente de concluir, siendo justamente esta tarea la que produce estrés al considerarla desafiante, inquietante, difícil o aburrida. De esta forma, las personas solemos justificarnos posponiéndolo a un futuro “idealizado” (cuando tenga más tiempo, cuando finalice este proyecto, después de las vacaciones, etc. ….). Es importante que puedas detectar si te encuentras en esta situación ya que puedes entrar en un círculo peligroso, y prolongando por mucho más tiempo los temas pendientes, lo único que vas a conseguir es aumentar tu nivel de ansiedad y estrés.
Este síndrome, que afecta a muchas más personas de las que puedas imaginar, está comprobado que aspectos como el perfeccionismo, el miedo al fracaso y la autoexigencia tienen un papel protagonista.
Aprovecho para compartir mi propia experiencia, ya que si estás leyendo este artículo es porque ya he lanzado mi web personal www.begocartagena.com , y si me sigues desde hace algún tiempo, sabes que ha sido un proyecto muy importante para mí y el cual he estado posponiendo durante tiempo. Te aseguro que ha sido un proyecto del cual ahora me siento muy orgullosa si bien he invertido mucho tiempo y energía a la hora de realizarlo. Realmente, lo que me ha representado más desgaste ha sido el hecho de tener el proyecto en la cabeza aunque sin estar “trabajando” en ello.
En estos momentos, puedo compartir el aprendizaje que he obtenido de todo este tiempo y espero que pueda servirte para al menos ahorrarte tiempo en tu proyecto, sea cual sea, en mi caso ha sido la web pero pueden ser cosas como: posponer tomar una decisión, confusión y falta de claridad sobre qué hacer o estrategia seguir, dar el primer paso para un proyecto determinado, etc.
En mi caso, he comprendido que tenía miedo a exponerme, a la visibilidad, y aunque a nivel off-line, es algo que me gusta y hago de forma habitual, ya que imparto talleres, realizo conferencias, etc., el hecho de pasar al mundo on-line ha representado un gran reto para mí. He tenido que indagar en estos miedos para darme cuenta de que lo que lo alimentaba eran aspectos como el pensar si gustaría a quienes visitaran la página o sobre si iba a tener la constancia para mantener el blog. Este tipo de pensamientos (de forma inconsciente) es lo que me ha llevado a posponer algo tan importante para mí. Sinceramente ahora que lo pienso, tampoco tiene mayor trascendencia el hecho de estar en la red o no, si bien, durante todo este tiempo, para mí representaba algo crucial. Todo depende de lo que creas sobre el proyecto que estas posponiendo. Si es algo que te está costando por la razón que sea, seguro que incluso lo has llegado a magnificar.
Es cierto que llegar al punto de identificar el miedo que te bloquea o paraliza no es cosa sencilla, sino que hay que profundizar y sobre todo sincerarte contigo mismo. Este es el detonante que te hará avanzar a pesar del miedo, el cual no desaparece sino que se transforma y mi recomendación es: alíate con él, empieza a moverte a pesar de él. También suele ser difícil identificarlo debido a que comúnmente las personas vamos poniendo excusas continuamente del tipo: es que ahora estoy priorizando tal proyecto, estoy esperando que el proveedor me envíe cierta documentación y se está demorando, tengo que empezar tal campaña, etc. ¿Te suenan?
Siguiendo con mis aprendizajes, a continuación te enumero 12 pasos por los que puedes pasar para conseguir resultados sorprendentes:
- Identifica un único tema que estés postergando y sobre el que quieras enfocarte próximamente.
- Presta atención a la creencia que tienes sobre la tarea que tienes que iniciar. ¿Qué es lo que piensas sobre este proyecto? Este punto va a darte mucha información.
- Valora el coste que representa para ti no ponerte en acción. En la vida todo tiene un precio (aunque no hablo de moneda en este caso) sino del coste que estás pagando por el simple hecho de no atender este tema. Y en este sentido me refiero al coste emocional que puede suponer continuar con el peso de la postergación, el coste a nivel de salud que puede acarrearte, como poder sufrir ansiedad o cualquier otro trastorno, el coste económico, por la cantidad de dinero que puedes estar perdiendo o dejando de ganar por atender este tema.
- Investiga sobre lo que se esconde tras este hábito de postergar y trata de identificar el miedo. Puede ser el miedo al fracaso, al que dirán…
- Una vez reconocido este miedo y a pesar de él, elabora un plan de acción detallado sobre qué recursos necesitas, cómo: las acciones que tienes que emprender, cuándo (elabora un calendario con la fecha de finalización y los todos los pasos anteriores), quién más está involucrado o puede ayudarte. Está bien que puedas comprometerte con alguien más para comentar los avances o analizar desviaciones. Es sabido que las personas tendemos más a comprometernos con los demás que con nosotros mismos, por lo que si puedes sentirte identificado con ello, busca a la persona que creas que pueda ayudarte, puede ser algún familiar, un socio, un colaborador, un coach… elige a quien creas que puede ayudarte y sobretodo estimularte.
- Pasa a la acción, ¡ACTÚA! Este punto es vital y es lo que te va permitir llegar donde quieres llegar. Únicamente planificando, pensando o posponiendo… nada va a solucionarse por lo que busca todo lo necesario para empezar YA. Busca alguna acción pequeña, que pueda conducirte a otra mayor… de esta forma te darás cuenta de que vas avanzando y te irás motivando.
- Se perseverante y actúa de forma constante, especialmente si es algo que te cuesta. Al final, obtendrás tu recompensa 😉
- Ten paciencia. A veces el resultado que quieres no lo obtienes en el plazo que te gustaría ya que hay cosas que no dependen únicamente ti o no es tal cual te lo habías imaginado, por lo que alimenta esta virtud.
- Celebra los pequeños logros. Este punto, aunque puedas pensar que innecesario, es muy útil y beneficioso, ya que te lleva a ser más consciente de los avances por pequeños que sean. Celebra el haber realizado una llamada que tanto te costaba, fijar una reunión que parecía imposible, cerrar una venta, cualquier cosa que represente que te estás acercando a tu objetivo. Y de esta forma vas alimentando tu actitud positiva.
- Mantén esta actitud positiva a lo largo del proceso y aprende de los errores. De esta forma los desafíos con los que vas a encontrarte van a ser más llevaderos.
- Vence el perfeccionismo: Vas a conseguir más realizando algo de manera “imperfecta”, que tratando de buscar la perfección, (y en este punto no me refiero a hacer las cosas mal o de cualquier manera, sino a vencer el hábito “insano” de revisar y rectificar lo mismo día a día, ya que seguro que siempre encontrarás aspectos a mejorar).
- Lánzate ya, toma una acción por pequeña que sea y el resto ya vendrá. Lo importante es ponerte en marcha.
Espero que mi vivencia personal pueda servirte y te animo a pasar por todos y cada uno de los puntos. Estoy convencida que habrá una gran diferencia a la hora de abordar este tema que tanto estás aplazando y te aseguro que el placer de haberlo realizado es inmenso! 😉
Estaré encantada de recibir tu feedback en los comentarios y apúntate a mi boletín gratuito para ir recibiendo consejos, técnicas y herramientas que te facilitarán tu vida personal y profesional.